Por Gimena Valenzuela
Una insólita duda fue la elegida para cerrar su primer monólogo en lo que fue su debut arriba de un escenario. Y una insistente curiosidad había sido la encargada de dar el puntapié inicial que lo llevó a acercarse al novedoso género que es el Stand Up. Luciano Mellera, con 30 años y ya con dos participaciones en el canal Comedy Central en su espalda, era una joven promesa que se ha convertido en una realidad standapera.
Su primer contacto fue hace 8 años, cuando quiso conocer en profundidad de qué se trataba todo esto y comenzó a asistir a diversos talleres con Fernando Sanjiao y Martín Pugliese, dos referentes del país, quienes le brindaron herramientas que lo ayudan a ejecutar lo que escribe. “Quería ver cómo era esto del humor, cómo era el otro lado del escenario, cómo eran las estructuras del chiste, cómo se armaba un monólogo y, una vez que empecé, me di cuenta que por ahí venía la mano”, expresó.
Según Mellera, explicar qué es el Stand Up es algo sencillo. En primera instancia, lo definió de la siguiente manera: “Hay una suerte de diálogo no convencional entre el comediante y la gente, donde el primero hace un monólogo y los segundos reaccionan con sonrisas, aplausos, silencios. Pero, sobre todo, es observar la vida y opinar sobre ella”. Luego, lo resumió en siete palabras: “Es la forma más pura del humor”. Además, agregó, de una manera totalmente alegre, que en la actualidad ya se convirtió en algo popular porque “no hace falta empezar un show y explicar cómo es la dinámica”. A su vez, él nota que esto generó que la “juventud tuviera una excusa para acercarse a los teatros”.
Antes de dedicarse al Stand Up, Mellera estudió para ser publicista. Y lo fue durante un tiempo, hasta que se animó a probar esta faceta suya: “Laburaba 10hs en una oficina, pero, cuando me subí a un escenario, empezó a funcionar y tuve que elegir, la verdad es que no tuve dudas. No me imagino un trabajo mejor”. También, agregó que en un futuro no se ve haciendo otra cosa porque “el subirse al escenario es como una especie de droga”.
Por otro lado, comentó que el trabajo de humorista no es tan básico como algunos pueden creer. El comediante debe estar en «modo Stand Up On»: atento a cada mínimo detalle de lo que sucede a su alrededor para, más tarde, poder desarrollar un monólogo bien trabajado y logrado. Él revela que los temas que más le causan gracia y que lo llevan a escribir sobre eso son las observaciones de la vida cotidiana y lo absurdo. Más allá de esto, admitió que, una vez que se está arriba del escenario, es válida la improvisación: “Si bien se respeta bastante lo redactado, pasan cosas en cada función que son únicas y, obviamente, como la atención del público tiene que estar en uno, hay que saber canalizar eso”.
Asimismo, confesó cuál es el mayor temor de un standapero, algo que en varias ocasiones le ha sucedido a él. Esta situación la expresó de una manera bastante particular: “Cuando un público está complicado, no se ríe o no aplaude, te hiere directamente al orgullo porque el monólogo es tu hijo”. Con respecto a los prejuicios que pudiera tener alguna persona en cuanto a este género, aconsejó: “Vayan a ver Stand Up. Si no pueden, en youtube. Que no se queden con el más conocido que encuentren, sino que vayan a varios y se les va a ir rapidito”.
En la actualidad, Mellera está llevando a cabo un show llamado “Barullo”, en Paseo La Plaza, donde comparte escenario con otros dos grandes standaperos como lo son Juan Barraza y Natalia Carulias. La historia detrás del nombre es muy peculiar y tiene dos orígenes diferentes que, llamativamente, culminaron en una gran similitud: “Es una palabra que me decía mucho mi abuela cuando era chico: ‘No hagas barullo’. Y, extrañamente, tiene un pedazo del apellido de cada uno (BArraza, CaRUlias, MeLLera)”. En referencia a este proyecto, dijo que está funcionando muy bien porque “el público va a verlos y porque hay una química muy copada en el grupo”.
Para ser un destacado standapero se necesita más que una extensa lista de chistes: manejar de una manera adecuada y elegante todo lo relacionado a los silencios, las pausas, los gestos, las muecas, la mirada y las variaciones en el tono y en el timbre de la voz. Mellera posee todos estos aspectos, pero lo principal que se destaca en él es el carisma con el que logra atrapar al público que lo va a ver, el interés que genera y cómo contagia las insólitas dudas que deja picando en el transcurso de sus monólogos: “Si un mimo se tira un pedo, ¿pierde?”.
Nota: Si les generó la duda a ustedes también, Mellera aún no tiene una certeza, pero las hipótesis que maneja son dos: el mimo queda descalificado o pierde la matrícula.