El género Petrocoptis (Caryophyllaceae) de plantas rupícolas está hermandado con el hombre, su cultura y tradiciones. Así, en la mitad norte de España y el sur de Francia tenemos varios ejemplos en los que se fusionan creencias sobrenaturales con arte y naturaleza, pues muchas de las poblaciones de Petrocoptis se sitúan en cuevas y roquedos donde el hombre ha construido ermitas, monasterios, castillos o fortalezas. Estas plantas los han colonizado posteriormente, como por ejemplo en los siguientes lugares:
- Petrocoptis crassifolia en la ermita de San Úrbez de Añisclo (Huesca).
- Petrocoptis hispanica en el monasterio viejo de San Juan de la Peña y en la ermita de la Virgen de la Peña de Santa Cilia (Huesca).
- Petrocoptis montserratii en algunas ermitas del camino de Yebra de Basa a Santa Orosia (Huesca), como la de San Blas o la de Santa Bárbara.
- Petrocoptis pardoi en la ermita de Nuestra Señora de la Balma, en Zorita del Maestrazgo (Castellón).
- Petrocoptis pyrenaica en la iglesia Notre-Dame-de-Sarrance y fuerte del Portalet de Urdós, ambos en el valle del Aspe, Francia.
- Petrocoptis glaucifolia en la cueva de la Virgen de Covadonga (Cangas de Onís, Asturias), en los paredones debajo de capilla.
- Petrocoptis viscosa en los paredones del castillo de Cornatel (Priaranza del Bierzo, León).
En este artículo hablamos de ello.
Benito Alonso, José Luis (2015). PIEDRAS Y FLORES: La fusión del patrimonio cultural y natural. La Estela, 34: 50-54.
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